Lo que hemos sido, se ha ido sabiendo que no sabemos, y hacemos, en el camino encontramos, y amamos lo que no encontraremos, prendemos, y entonces, por lo tanto, por cuanto va quedando en olvido, muy herido en esos ojos de verde paladar, y dar esos ojos de prisa ardientes, las mentes como los cielos de mar, al cantar esa sonrisa leve, leva, subleva como la brisa a prisa, las corrientes, y lo más asombroso, no es lo que estás pensando, en esas cosas necias del centro, acariciando de lo adentro en tus adentros, portentos del humano geocentrismo del abismo sin saber o quizá sí, no es lo mismo; de la furia a la calma hay un estrecho q ue lo puede surcar, sólo un barco desecho en mi melancolía, y no lograr entrar en tu encanto satisfecho, que a veces es la risa y a veces es el llanto, los gritos, las razones, los llantos, las pasiones, que a veces; en la mía vida se incendia la luz, el sirio que a veces es lo tuyo, y anda suelto conmigo, intuyo que otras veces es de nadie y de todos la ro